El gran escritor peruano Ciro Alegría Bazán nació el 4 de noviembre de 1908 en la hacienda Quilca, en Huamachuco, provincia de Sánchez Carrión, departamento de La Libertad.
Su Historia
Al recibir su padre un disparo, aprovecha la convalecencia para enseñar a Ciro, que entonces tenía seis años, a leer y escribr.
Al año siguiente sus padres fueron a vivir a orillas del Marañón, en la Hacienda Marcabal Grande, que era de su abuelo Teodoro Alegría.
A los nueve años atraviesa los Andes a caballo y acude a Trujillo, estudiando en el colegio San Juan con César Vallejo , que le impactó profundamente: Aún recuerdo la sensación que me produjo su mano fría, grande y nudosa, apretando mi pequeña mano tímida y huidiza debido al azoro.
Nunca había visto un hombre que pareciera más triste. Su dolor era a la vez una secreta y ostensible condición que terminó por contagiárseme comentó en sus Memorias .
Pero enfermó de malaria y tuvo que regresar a la Hacienda, continuando sus estudios en Cajabamba, donde conoce al pintos indigenista José Sabogal.
En Marcabal convivió estrechamente con peones, indios y cholos, con los que intimó profundamente. Muchos de ellos eran grandes narradores orales de cuentos, y de esta rica y variada cultura oral le empezó la temprana afición al relato.
Sus comienzos en la literatura
En 1924 regresó a Trujillo a continuar la enseñanza secundaria, época en la que, animado por su madre, empezó sus primeros pinitos literarios escribiendo un relato. Se escapó con algunos amigos a Lima para presentarse a concursos, pero sin éxito.
Dos años después, en 1926, muere su madre y Ciro manifiesta su vocación periodística fundando su primera revista, Juventud , mientras continúa escribiendo poemas y relatos. Con algún compañero publicó en 1927 un periódico que llamó la Tribuna Sanjuanista . Le llamaron del periódico El Norte de Antenor Orrego como colaborador, y de éste pasó en 1930 a La Industria de Trujillo.
Ese mismo año ingresó en la Facultad de Letras y escribió la novela La Marimorena . Ese es también el año en que se funda el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), de la que Alegría fue pionero, participando en las luchas estudiantiles que se desatan en la Universidad.
A la carcel
El 7 de julio de 1932 se desató durante ocho días una insurrección popular en Trujillo, la rebelión más furiosa de la historia republicana del Perú, y en la que participó Alegría, que salvó milagrosamente su vida cuando el ejército asaltó el local del APRA y fusiló a cientos de personas. Pero no se libró de ingresar en la cárcel, donde fue brutalmente torturado.
Una vez conseguida su libertad, volvió a ser perseguido, debiendo huír por los Andes durante meses, al cabo de los cuales le encarcelaron de nuevo durante dos años en Celendóín, Cajamarca, Trujillo y, finalmente, en Lima, hasta que el nuevo presidente Óscar Benavides promulgó una amnistía general y fue puesto en libertad en 1933.
Siguió militando activamente en el diario aprista clandestino La Tribuna , intervino en la conspiración de El Agustino y a causa de ello fue desterrado a Chile el 15 de diciembre de 1934.
Para sobrevivir en este país tuvo que ponerse escribir febrilmente cuentos peruanos para la Crítica de Buenos Aires y para las revistas chilenas Panoramas , Crónica social y Palabra . Pero sobre todo escribió su primera novela en Santiago de Chile en 1935, La serpiente de oro , con la que gana el premio Nascimento.
La serpiente de oro exalta la figura de los cholos o mestizos, narrando su lucha contra las fuerzas del río Marañón. Constituye una gesta a través de la cual Alegría contrapone la civilización a la barbarie. Sin embargo, el cholo vive en un paraíso, un mundo cerrado, sin vínculo alguno con el mundo exterior.
Su enfermedad
En 1936 se contagia de tuberculosis y tiene que ser internado en un sanatorio durante dos años, período de inspirada producción literaria recompensada con premios. Pero vive en la miseria haciendo traducciones mientras concluye su novela Los perros hambrientos , con la que obtiene el premio Zig-zag.
Unos filántropos chilenos le concedieron una beca durante cuatro meses para que pudiera escribir su gran novela El mundo es ancho y ajeno , una de las obras cumbres de la literatura mundial del siglo XX.
Con esta obra cumbre gana el premio de la editorial neoyorkina Farrar Rinehart Company en 1941, dotado con un sustanciosa suma de dinero. Pero en protesta contra el régimen fascista, se niega a que El mundo es ancho y ajeno aparezca editado en la Alemania nazi.
El premio le permite residir toda la década de los años cuarenta en los Estados Unidos, colaborando en la prensa y dictando cursos de novela en la Universidad de Columbia.
Luego en Puerto Rico imparte cursos de literatura hispanoamericana y después se traslada a La Habana. El diario peruano La Crónica acepta sus colaboraciones, pero a causa de su valiente posición política se las censuran.
El gobierno fascista español también censuró una parte de la novela Los perros hambrientos en la edición de Aguilar, en la página 236, correspondiente a la parte final del segundo capítulo, que aparece cortada para encubrir las siniestras y lucrativas actividades de los curas católicos en Perú.
Después de 23 años de exilio, finalmente puede regresar a Perú en 1957, donde es recibido por el pueblo en un estadio con un entusiasmo inaudito.
Personalidad hondamente comprometida con la lucha por la libertad, en 1958 retorna a Cuba, donde reside en la zona guerrillera y recopila material literario para publicar su obra La revolución cubana: un testimonio personal .
Se incorpora a la Academia Peruana de La Lengua en 1960 y tres años después es elegido diputado por el departamento de La Libertad.
Posteriormente asume el cargo de Presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas. Ejerciendo este cargo fallece el 17 de febrero de 1967.
Al morir solamente se habían publicado las tres novelas: La serpiente de oro , Los perros hambrientos y El mundo es ancho y ajeno . Las tres son imborrables testimonios de la realidad peruana, en la que tienen un gran peso específico, cuatro quintas partes, los indígenas.
De manera póstuma se editaron 13 libros juveniles, 4 novelas, 3 libros de cuentos y un libro de memorias. En preparación hay tres libros más: Boceto de un retrato del Perú (escritos periodísticos publicados en Puerto Rico, Cuba y Lima), Mi máquina de escribir (artículos publicados en el año 1933 en La Tribuna aprista) y Breve viaje a través de la literatura .
Falta investigar, recopilar y seleccionar muchos otros artículos publicados en Estados Unidos y que seguramente serán materia de varios otros libros.
La recopilación de la obra de Ciro Alegría está siendo realizada por su esposa Dora Varona. Cubana de nacimiento, Dora fue una precoz poetisa que a los 13 años conoció el aplauso del público. Creció entre halagos y fue mimada desde entonces, pero cuando se casó con Ciro optó por convertirse en su secretaria privada.
Al enviudar, se quedó con tres pequeños hijos y uno más en el vientre, afrontando un verdadero via crucis para poder mantener a su familia. Trabajaba en doble turno como maestra de escuela cuando ordenando la biblioteca de Ciro se detuvo en un libro sobre la vida de Ana Grigorievna, segunda esposa de Dostoievski. La lectura fue más bien una revelación y a partir de allí decidió dedicarse a recopilar la dispersa y prolífica obra de su marido.
Su Historia
Al recibir su padre un disparo, aprovecha la convalecencia para enseñar a Ciro, que entonces tenía seis años, a leer y escribr.
Al año siguiente sus padres fueron a vivir a orillas del Marañón, en la Hacienda Marcabal Grande, que era de su abuelo Teodoro Alegría.
A los nueve años atraviesa los Andes a caballo y acude a Trujillo, estudiando en el colegio San Juan con César Vallejo , que le impactó profundamente: Aún recuerdo la sensación que me produjo su mano fría, grande y nudosa, apretando mi pequeña mano tímida y huidiza debido al azoro.
Nunca había visto un hombre que pareciera más triste. Su dolor era a la vez una secreta y ostensible condición que terminó por contagiárseme comentó en sus Memorias .
Pero enfermó de malaria y tuvo que regresar a la Hacienda, continuando sus estudios en Cajabamba, donde conoce al pintos indigenista José Sabogal.
En Marcabal convivió estrechamente con peones, indios y cholos, con los que intimó profundamente. Muchos de ellos eran grandes narradores orales de cuentos, y de esta rica y variada cultura oral le empezó la temprana afición al relato.
Sus comienzos en la literatura
En 1924 regresó a Trujillo a continuar la enseñanza secundaria, época en la que, animado por su madre, empezó sus primeros pinitos literarios escribiendo un relato. Se escapó con algunos amigos a Lima para presentarse a concursos, pero sin éxito.
Dos años después, en 1926, muere su madre y Ciro manifiesta su vocación periodística fundando su primera revista, Juventud , mientras continúa escribiendo poemas y relatos. Con algún compañero publicó en 1927 un periódico que llamó la Tribuna Sanjuanista . Le llamaron del periódico El Norte de Antenor Orrego como colaborador, y de éste pasó en 1930 a La Industria de Trujillo.
Ese mismo año ingresó en la Facultad de Letras y escribió la novela La Marimorena . Ese es también el año en que se funda el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), de la que Alegría fue pionero, participando en las luchas estudiantiles que se desatan en la Universidad.
A la carcel
El 7 de julio de 1932 se desató durante ocho días una insurrección popular en Trujillo, la rebelión más furiosa de la historia republicana del Perú, y en la que participó Alegría, que salvó milagrosamente su vida cuando el ejército asaltó el local del APRA y fusiló a cientos de personas. Pero no se libró de ingresar en la cárcel, donde fue brutalmente torturado.
Una vez conseguida su libertad, volvió a ser perseguido, debiendo huír por los Andes durante meses, al cabo de los cuales le encarcelaron de nuevo durante dos años en Celendóín, Cajamarca, Trujillo y, finalmente, en Lima, hasta que el nuevo presidente Óscar Benavides promulgó una amnistía general y fue puesto en libertad en 1933.
Siguió militando activamente en el diario aprista clandestino La Tribuna , intervino en la conspiración de El Agustino y a causa de ello fue desterrado a Chile el 15 de diciembre de 1934.
Para sobrevivir en este país tuvo que ponerse escribir febrilmente cuentos peruanos para la Crítica de Buenos Aires y para las revistas chilenas Panoramas , Crónica social y Palabra . Pero sobre todo escribió su primera novela en Santiago de Chile en 1935, La serpiente de oro , con la que gana el premio Nascimento.
La serpiente de oro exalta la figura de los cholos o mestizos, narrando su lucha contra las fuerzas del río Marañón. Constituye una gesta a través de la cual Alegría contrapone la civilización a la barbarie. Sin embargo, el cholo vive en un paraíso, un mundo cerrado, sin vínculo alguno con el mundo exterior.
Su enfermedad
En 1936 se contagia de tuberculosis y tiene que ser internado en un sanatorio durante dos años, período de inspirada producción literaria recompensada con premios. Pero vive en la miseria haciendo traducciones mientras concluye su novela Los perros hambrientos , con la que obtiene el premio Zig-zag.
Unos filántropos chilenos le concedieron una beca durante cuatro meses para que pudiera escribir su gran novela El mundo es ancho y ajeno , una de las obras cumbres de la literatura mundial del siglo XX.
Con esta obra cumbre gana el premio de la editorial neoyorkina Farrar Rinehart Company en 1941, dotado con un sustanciosa suma de dinero. Pero en protesta contra el régimen fascista, se niega a que El mundo es ancho y ajeno aparezca editado en la Alemania nazi.
El premio le permite residir toda la década de los años cuarenta en los Estados Unidos, colaborando en la prensa y dictando cursos de novela en la Universidad de Columbia.
Luego en Puerto Rico imparte cursos de literatura hispanoamericana y después se traslada a La Habana. El diario peruano La Crónica acepta sus colaboraciones, pero a causa de su valiente posición política se las censuran.
El gobierno fascista español también censuró una parte de la novela Los perros hambrientos en la edición de Aguilar, en la página 236, correspondiente a la parte final del segundo capítulo, que aparece cortada para encubrir las siniestras y lucrativas actividades de los curas católicos en Perú.
Después de 23 años de exilio, finalmente puede regresar a Perú en 1957, donde es recibido por el pueblo en un estadio con un entusiasmo inaudito.
Personalidad hondamente comprometida con la lucha por la libertad, en 1958 retorna a Cuba, donde reside en la zona guerrillera y recopila material literario para publicar su obra La revolución cubana: un testimonio personal .
Se incorpora a la Academia Peruana de La Lengua en 1960 y tres años después es elegido diputado por el departamento de La Libertad.
Posteriormente asume el cargo de Presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas. Ejerciendo este cargo fallece el 17 de febrero de 1967.
Al morir solamente se habían publicado las tres novelas: La serpiente de oro , Los perros hambrientos y El mundo es ancho y ajeno . Las tres son imborrables testimonios de la realidad peruana, en la que tienen un gran peso específico, cuatro quintas partes, los indígenas.
De manera póstuma se editaron 13 libros juveniles, 4 novelas, 3 libros de cuentos y un libro de memorias. En preparación hay tres libros más: Boceto de un retrato del Perú (escritos periodísticos publicados en Puerto Rico, Cuba y Lima), Mi máquina de escribir (artículos publicados en el año 1933 en La Tribuna aprista) y Breve viaje a través de la literatura .
Falta investigar, recopilar y seleccionar muchos otros artículos publicados en Estados Unidos y que seguramente serán materia de varios otros libros.
La recopilación de la obra de Ciro Alegría está siendo realizada por su esposa Dora Varona. Cubana de nacimiento, Dora fue una precoz poetisa que a los 13 años conoció el aplauso del público. Creció entre halagos y fue mimada desde entonces, pero cuando se casó con Ciro optó por convertirse en su secretaria privada.
Al enviudar, se quedó con tres pequeños hijos y uno más en el vientre, afrontando un verdadero via crucis para poder mantener a su familia. Trabajaba en doble turno como maestra de escuela cuando ordenando la biblioteca de Ciro se detuvo en un libro sobre la vida de Ana Grigorievna, segunda esposa de Dostoievski. La lectura fue más bien una revelación y a partir de allí decidió dedicarse a recopilar la dispersa y prolífica obra de su marido.
Ciro Alegría
1 comentario:
Buenas Horas, excelente información que vierte en su blog, quien habla recién está entrando a la onda del blog, quisiera que lo leyera. Porfavor, ojalá y me pueda dar algunas pautas para que mi blog se vea tan bonito y radiante como el suyo. No cabe duda que fomentar biografías como estas hacen que uno se sienta admirado y complacido por haber tenido compatriotas que dejaron huellas profundas en nosotros, aunque a veces no nos demos cuenta. Mi correo es atenea1101@hotmail.com
agrégueme. Hasta Pronto.
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